Labarrios nos lleva a un mundo distópico donde los animales reclaman el espacio que alguna vez fue de ellos y es invadido por la civilización humana . A través de una serie de imágenes impactantes, se establece un paralelismo entre esta ocupación animal y la vida adaptante de los cangrejos ermitaños.

Al igual que estos cangrejos, que adaptan su entorno utilizando restos de otros seres vivos, los animales en las obras de Labarrios se adaptan a los desechos de la humanidad, encontrando formas de supervivencia en medio de la invasión humana de sus hábitats naturales utilizando basura y desechos plásticos como sus nuevos hogares, mostrando la lucha por la subsistencia en un mundo cada vez más hostil.