El trabajo artístico de Foulkes se basa en lo coreográfico y desde ahí genera cruces con la escultura, instalación, dibujo y otros medios múltiples. Subraya como elemento de producción al cuerpo dando énfasis a la fuerza, tensión y fragilidad que tiene sobre sí mismo y sobre otros objetos.
El tiempo, así como el cambio que siempre lo acompaña, son dos ejes importantes en su práctica. Sus piezas devienen restos escultóricos, que evidencian la importancia, tanto de las herramientas, como de los elementos, que utiliza mientras ejecuta una coreografía. Convierte así a ésta en un primer acto o momento de un proceso mucho más amplio.