El trabajo de Leyva reflexiona sobre el cuerpo humano y sus posibilidades artificiales. Dentro de su investigación incluye todo aquello que siendo externo al cuerpo humano potencia la transformación de este. La artista trabaja principalmente desde la fotografía incluyendo otros soportes como la escultura y otros medios. Indaga sobre todo en la configuración y reconfiguración del cuerpo, enfatizando lo prostético, externo y exógeno.
En Sudar somos testigos de una narrativa ficcional donde cuerpos artificiales (las máquinas) son productoras de fluidos corporales. Una distopía donde ya no es necesario tener un cuerpo [humano] para sudar. La obra pone también a discusión el concepto de éxito que representa la transformación del cuerpo humano basado en parámetros estéticos capitalistas.
